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La receta de la dulzura

Debbie Simhon nos abre las puertas de su taller y de su vida para conocer más a fondo la receta para mantener una tradición familiar y ser ella misma a la vez.

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Ilustración: Michelly Ibarguen

Texto: Karen Pinto

Quien entra en la pasteleria Gourmet de Myriam Camhi, específicamente en el Taller de Debbie, se encuentra a una Chef pastelera que recibe a sus alumnos con una sonrisa característica que permanece hasta en sus momentos de concentración.

 

Debbie es nieta de Myriam Camhi e hija de Denise Simhon, quienes tienen una pastelería hace 35 años, es icono de la gastronomía bogotana. Su madre la describe como “una mujer increíble, emprendedora, creativa, de una simpatía inmensa, que se relaciona con sus alumnos de la edad que sean hasta entablar amistades profundas”, muchos dirían que estas palabras de Denise están sesgadas por el amor maternal con el que ella ve a Debbie, pero no es así, su opinión está respaldada,  por quienes van al taller de Debbie y la describen como “una bacana, alguien que enseña con generosidad, espontaneidad y carisma”.

 

Ese ambiente familiar también se refleja en los referentes de Debbie, su abuelita y  su mamá, a quienes describe cómo “dos mujeres increíbles, emprendedoras muy duras y quienes tienen un corazón inmenso”. Y desde los ojos de su mamá, Debbie es una hija, esposa y hermana dedicada.  

 

Quienes en algún momento compartieron tiempo con ella la caracterizan con los muy, “muy amable, muy sociable, muy linda, muy tierna”, en resumen, súper querida. Con su presencia demuestra tranquilidad y alegría. Una muestra de su forma de ser con todas las personas es la anécdota en la que Debbie le estaba enseñando a cocinar a una abuelita, y no se estresaba para nada, era paciente y amable.
 

En la cocina de Debbie no hay distinción de edad, y mucho menos de género, a pesar de que en el mundo de la gastronomía persisten discriminaciones o estereotipos. Le gusta el término empoderamiento utilizado en su justa medida, cree en la unión sin miedo al cambio y simpatiza con el feminismo entendido como la igualdad social, económica y política para las mujeres. Ella  aporta su granito de azucar enseñando de la misma manera a niños y niñas que van a su taller, la meta de sus clases es asegurarse que sus asistentes pasen un rato agradable y divertido.

 

En el taller de Debbie se respira un aroma de hojaldre y de libertad, es un espacio independiente, justo uno de los rasgos que más le gustan y la enorgullecen de sí misma. Así como la habitación propia para Virginia Woolf, el Taller es para Debbie su propio espacio, que adereza según su visión de la pastelería y de su vida.

 

En esta visión de Debbie, en la que le causa gran satisfacción cocinar para otras personas, ella declara que “hay que ser generosas con el conocimiento y no juzgar ni competir contra otras mujeres sino alentarnos y salir adelante juntas”. Para la menor de las Camhi, es esencial el trabajo en equipo en la cocina y la sororidad en la vida.


 

Receta de ‘Torta de chocolate’
de la mano de la chef Pastelera Debbie Simhon Camhi 

 

Ingredientes:

 

  • 2 tazas de pasión 

  • 300 gr de dedicación

  • 200 ml de tres generaciones unidas por el amor familiar

  • 3 gr de polvo de la ilusión de una niña que ve a su mamá y a su abuela cocinar postres deliciosos que todos alaban 

  • 25 gr de harina

  • 1 cucharadita de esencia de amor por la cocina

  • 2 cucharadas de tiempo

  • 1 cucharadita de  esfuerzo

  • chocolate, mucho chocolate

 

Preparación:

 

En un recipiente mezcla primero los ingredientes secos, es decir, los gr de dedicación, con las cucharaditas de tiempo y esfuerzo, añade el azúcar del buen humor y mézclalo todo con la harina hasta que quede una masa uniforme, ésta será la base de nuestra torta. 

 

Después de que la base haya horneado durante unos minutos, retíralo  con mucha sororidad, teniendo cuidado de evitar quemaduras.

 

En otro recipiente, vierte los conocimientos adquiridos en ‘The French Pastry School’ en Chicago y bátelos con las góticas de práctica hasta que la mezcla quede homogénea. Vierte el resultado en un molde engrasado con entusiasmo y enharinado con apoyo familiar, e  incorporarlo  en una bandeja poco a poco. 

 

Para que nuestra receta tenga un resultado mucho más voluminoso, añade la levadura de los sueños; espolvoreala sobre el relleno que acabamos de poner en el molde. Si necesitas inspiración puedes chequear el libro de recetas de la abuela.   

 

Mezcla el chocolate amargo de las adversidades de la vida con el chocolate blanco de la paz interna que se encuentra en la alacena de ser fiel a sí mismo, calientalo en la tetera hervidora y espera a que llegue al punto de ebullición (en este momento es importante prender la campana extractora).
 

Pon a calentar el horno a 170°C.  Cuando el chocolate ya esté derretido, introdúcelo en el molde, esta será la superficie de nuestra preparación, acto seguido inserta la bandeja en el horno y asegúrate de revisar a los 20 minutos que la fundición de chocolate  no se queme.

 

Retíralo y déjalo enfriar durante 25-30 minutos aproximadamente. Para dar el toque final, haz la crema mezclando el amor por la cocina con el amor familiar, esparce la crema de creatividad con la espátula, y finalmente lo decoras con el polvo dorado de las ilusiones en nuevos proyectos.

 

¡Listo! ya tenemos como resultado un producto al nivel de un taller en el que sin importar la edad todos pueden aprender. Antes de cortar la torta, recuerda que ya tienes una receta de vida que podrás compartir a quienes le quieras endulzar el corazón.

(La anterior no corresponde a una receta en ingredientes ni procedimiento, el fin es exclusivamente narrativo y no coincide con la técnica de Debbie Simhon).

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