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Persiguiendo un sueño

Desde su trabajo como comunicadora social y periodista, Geraldine Romero, de 26 años, ha intentando ser su  mejor versión como profesional y como persona, demostrándole al mundo que las mujeres pueden ser independientes, fuertes y exitosas desde cualquier contexto.

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Ilustración: Michelly Ibarguen

Texto: Soad Otero

Cuando terminó el colegio sabía muy bien que tenía un papel y una misión  importante dentro de la sociedad y era el poder de investigar, comunicar y por qué no, ser una mujer importante que le diera voz a los que no podían. El periodismo fue entonces ese pequeño lugar desde el cual podía hacer sus sueños realidad. En su hogar, sus padres, por el contrario, no veían esta carrera como algo que le diera un empleo estable; y por otro lado, se decía que para poder entrar a un gran medio de comunicación se necesitaban grandes influencias, algo que ellos no tenían, por estas razones la cuestionaron muchas veces antes de pagar su primer semestre, pero ella se mantuvo firme en su decisión e intentó ser una alumna ejemplar.

 

En el año 2011 entró a la Universidad Externado De Colombia, durante sus primeros semestres recuerda que le tocaba levantarse a las cuatro de la mañana para coger una flota desde Zipaquirá hasta el portal norte de la ciudad de Bogotá y de ahí un transmilenio hasta la estación Jiménez (en esa época), era un recorrido de dos horas para poder llegar a sus clases, pero este era solo uno de los grandes retos que tenía,  con ella y con su familia.

 

En las clases de primer y segundo semestre recuerda que leyó sobre Magdalena León, una mujer que logró en los años 70 una inmersión en distintas comunidades femeninas que tenían un factor en común y  su gran mayoría eran cabeza de hogar; por medio de sus investigaciones y reportajes logró que las mujeres campesinas tuvieran el reconocimiento que se merecían, este tipo de periodismo fue el que Geraldine intentó seguir y por eso la gran mayoría de sus trabajos universitarios estuvieron enfocados estrictamente a la investigación, a tener un tema en concreto e ir a entrevistar personas, averiguar sobre qué pasaba en las calles de la ciudad, qué historias podía contarle a los demás que fueran interesantes, pero lo más importante, que tuviesen un buen soporte investigativo.

 

A medida que iba llegando al final de su carrera, los trabajos e investigaciones se iban haciendo cada vez más reales y complejos, iba entendiendo que su labor como futura periodista era cada vez más difícil, pero siempre tuvo claro su sueño y se proyectaba e identificaba con el trabajo periodístico de María Jimena Duzán, una mujer que ha tenido un trabajo notable en el campo investigativo de la comunicación y que ha sacado a relucir el lado oscuro de Colombia sin ningún tapujo. Esto era lo que Geraldine perseguía, ese periodismo en donde ella fuese la persona encargada de contarle al resto del mundo sobre las verdades y situaciones que se estaban viviendo en el país y ser un ejemplo para los y las demás. Sabía que ese trabajo iba a ser duro y que aún le quedaba mucho camino por delante.

 

Después de su graduación en la universidad Externado de Colombia, en el año 2016, consiguió un puesto en el periódico La República en donde tuvo la oportunidad de investigar y sacar diversas notas periodísticas, una de ellas y tal vez la más importante porque fue la primera en publicarse con relación al costo de las carreras de pregrado en diferentes universidades de la ciudad de Bogotá, para ello tuvo que dirigirse a diferentes universidades de la ciudad (Universidad de los Andes,Universidad Externado,Universidad del Rosario,Universidad Javeriana) aquí  realizó investigaciones en cuanto a los costos de cada una de las carreras haciendo una comparación con el fin de que los estudiantes, pudiesen tener opciones al momento de elegir una carrera universitaria, aún recuerda el día que vió su nombre en el periódico impreso y sintió que estaba en un sueño. En este momento fue cuando Geraldine empezó a ver los frutos de sus estudios y a sentir cómo sus metas se iban cumpliendo, en este instante se sentía una mujer exitosa pues sentía plenitud y felicidad, no solo en su entorno laboral sino también con su familia, con sus amigos, y lo más importante, con ella misma. “El éxito era esto y no me lo podía creer”

 

Geraldine tiene como gran meta poder continuar con la gran labor del periodismo, pero desde otro enfoque. Este es el gran reto que afronta hoy en día, intentar, a través del periodismo, una investigación profunda que tenga como fin cambiarle la vida a las personas, así como León y Dussan cambiaron la de ella y la de muchos ciudadanos: “quiero que algún día me recuerden como una mujer que logró un cambio significativo”.

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